“La verdadera patria del hombre es la infancia” Rilke

Valiente, decidida, alegre, serena… así definen a Guadalupe los que la conocieron. Son rasgos que aprendió de sus padres y hermanos y que cultivó desde la niñez hasta el día de su muerte.

“La aventura de la santidad comienza con un sí a Dios” Juan Pablo II

A veces la vida nos sorprende con giros imprevistos. Así le pasó a Guadalupe. Un suceso inesperado la llevó a conocer a san Josemaría y al Opus Dei. Aquello marcó un punto de inflexión en su vida. Dios le cambió los planes y la invitó a un proyecto que le ocuparía la vida entera.

“Si no te gusta tomar riesgos, debes salir corriendo del negocio” Ray Kroc, fundador de McDonald's

Guadalupe fue una de las primeras mujeres del Opus Dei. Todo estaba por hacer. No había experiencias en las que apoyarse. Además, en aquellos años, el papel de la mujer en la sociedad era muy limitado. En este escenario empieza a dirigir Zurbarán: la primera residencia femenina universitaria del Opus Dei en el mundo. ¿Cómo había que hacerlo? Guadalupe no lo sabía, pero se puso manos a la obra.

“Nunca andes por el camino trazado… te conduce únicamente hacia donde otros ya fueron” Graham Bell

Las primeras personas del Opus Dei acogen el reto de abrir brecha en nuevos países. 1950. Guadalupe viaja a México. Deja atrás todo lo conocido. En cinco años, su corazón es conquistado por aquella tierra y sus gentes.

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“Roma es Roma” Robert de Niro

La estancia de Guadalupe en la ciudad eterna fue breve, unos pocos meses. Allí trabaja más directamente junto a san Josemaría en el impulso del Opus Dei. Se ocupa principalmente de orientar las iniciativas apostólicas en el campo de la familia y con las personas casadas. Pasa un corto tiempo, su corazón empieza a fallar y regresa a Madrid.

“La vida es como ir en bicicleta: para conservar el equilibrio, debes mantenerte en movimiento” Albert Einstein

Madrid supone un nuevo escenario, una etapa donde Guadalupe puede retomar con más fuerza su carrera profesional. Conoce una nueva dimensión de equilibrista para compaginar su trabajo, una extensa labor evangelizadora y la atención de su madre anciana.

“Es vida perdida vivir sin amar” Juan del Encina

El alma de Guadalupe tira de su cuerpo y de su corazón, que se resiente desde hace muchos años. A pesar de sus deseos, el cuerpo dice basta y llega el último adiós. Una muerte que para todos parece llegar antes de tiempo.

“Bien, siervo bueno y fiel; entra en el gozo de tu Señor” Mateo 25, 14-30

La meta del cristiano es el Cielo y, desde allí, seguir ayudando a que muchos encuentren a Dios a través de las circunstancias cotidianas de la vida.